domingo, 15 de noviembre de 2009

La Calma

LA CALMA
Es oír el murmullo de las olas cuando estas se encuentran dormidas y esperar que el canto acaricie con sus sonidos nuestra sonrisa.
Es ver las cosas desde el mejor punto de vista y que este sea el único.
Es soñar en que soñamos la dicha y pensar que esta sueña con nosotros.
Es querer que el calor acaricie nuestro frío interno y no dejar que ese frío congele ese calor.
Es mirar a nuestro lado y comprobar que todos somos iguales y que esa igualdad es verdadera.
Es saber que el humo blanco no es siempre un infierno pues puede ser un éxtasis de nuestra persona y un mensaje de paz.
Es comprender que la tranquilidad no lo es todo en esta vida puesto que el azul del cielo nos puede agitar con su intensidad.
Es desear las cosas buenas para no desear las vanas.
Y sobre todo, es el consuelo adquirido a través del tiempo y la enseñanza, pues lo que aprendemos con firmeza, es un embargo de grito y añoranza sobre las cosas que son antiguas y las que ya no existen.
Es buscar la osadía en tu mirada pues la osadía es el grito convertido en flama.
Es no esperar que lo que sembremos germine pues no todo llega a buena cepa.
Es aprender a no vivir con crítica para no aprender a condenar.
Es desear lo bueno para los demás sin ninguna envidia para no obscurecer el alma.
Es esperar de los demás lo bueno aunque sepamos que esto es muy difícil.
Es ir a un bosque y sentarse tranquilamente a esperar la caída de las hojas.
Es mirar a los demás de frente sin miedo y sin ninguna reserva y que estos nos miren y sepan lo que estamos pensando.
Pero sobre todo, es saber esperar cuando lo único que existe es la espera.
Fin
Sergio Alejandro

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