sábado, 31 de octubre de 2009
Tocar el Olvido
martes, 27 de octubre de 2009
El Sueño
Capítulo I
Capítulo IV
Regrese a terminar la carrera y empecé a trabajar arduamente; quería labrarme una posición, cosa que logré en poco tiempo. Como también se lo había mencionado, regrese y nos casamos. Fuimos a América del Sur de luna de miel, sencillamente fue increíble. Regresamos, logramos obtener una casa con patio y al parecer todo era felicidad.
Exactamente al año y medio de habernos casado tuvimos a nuestro primogénito; era una hermosa niña, exactamente como Virinia, como dos gotas de agua, le pusimos como nombre Mónica. Nuestra felicidad era completa y nada parecía poder acabarla; solo la muerte de alguno de los tres hubiese podido lograrlo.
Viajábamos continuamente y cuando Mónica cumplió tres años y medio, tuvimos a nuestro segundo hijo. Jorge vino a cerrar la felicidad en nuestras vidas.
Al paso del inexorable tiempo, Mónica cumplió 15 años. Su fiesta se hizo en nuestra casa y recibió una gran cantidad de regalos. ¿Qué más se podía pedir a la vida?
lunes, 26 de octubre de 2009
Acostumbrarse
Claro que, si enfocamos esto en relación a las áreas sentimentales, seguramente saldremos dolidos o lastimados o quien puede decir que a la mejor, podemos ser los lastimadores sin darnos cuenta........por lo menos eso quiero pensar.
Dicen también, que "El hábito hace costumbre" y cuando estamos ya acostumbrados a algo, dejamos de darle la importancia; al obtener lo que queremos, las cosas no las vemos iguales, al acostumbrarnos a algo simplemente dejamos de tener los cuidados por sentir que el constante "hacer lo mismo" nos hace dominadores, nos hace infalibles, y no puede haber posibilidad de error. En nuestra vida cotidiana, la costumbre (confianza) es el inicio de todo accidente, en nuestras relaciones, la costumbre es el veneno que mata y destruye las relaciones.......................
domingo, 25 de octubre de 2009
Quiero tener Fé
Sentado en el sillón junto a la ventana, Alberto observaba detenidamente a la gente que pasaba presurosa a la Iglesia. Era Domingo por la mañana y todos acudían a oír la misa de las 6:00 AM. Alberto se preguntaba el por qué de ese sentimiento que sentía hacía lo religioso, trató por todos los medios de explicarlo y pensó que tal vez al no estar de acuerdo con la mayoría, eso lo convertía en alguien importante y muy singular.
Sentía un poco de envidia ante la felicidad mostrada por los tantos feligreses que presurosos pasaban por su ventana.
A pesar de su sentimiento, sentía un íntimo respeto por aquellos seres que en la dicha y en la desgracia se encontraban unidos y en base a su fe, se podían sobreponer a muchos peligros y dificultades.
---¡¿Por qué van, por qué?!--- ---¿Cómo pueden sentir tanta fe hacía algo que no conocen? --- ¡No me lo explico!
Siguió pensando y siguió viendo pasar a la gente por su ventana.
Capítulo II
Un día, Alberto se sintió muy solo y no logrando estar en paz consigo mismo, busco ayuda con amigos pero estos no se la dieron porque no entendían lo que necesitaba, no comprendían su problemática; siguió buscando una y otra vez hasta que por fin un buen día, le fue presentada una muchacha la cual era sumamente religiosa y centrada.
Ella le empezó a hablar y ayudar y ocurrió que al poco tiempo Alberto fue otra persona, totalmente diferente a la anterior.
Capítulo III
Alberto cambió de tal manera que su madre le preguntó qué había sucedido en él.
---Gloria le fue inculcando poco a poco el Don de la fe y Alberto a través de ella lo fue asimilando poco a poco, lentamente y con gran deseo de progresar.---
Paso el tiempo, Gloria se enamoro de otra persona y se caso con ella; Alberto perdió su punto de fuerza y se derrumbo pues sintió que todo el apoyo que poseía se esfumaba. Se volvió a transformar pero en esta ocasión en una persona triste y callada; no hablaba, no reía, solo pensaba. Le escribió a Gloria infinidad de veces pidiéndole que dejara a esa persona y que volviera hacía él, le dijo que la necesitaba, que la amaba..........pero Gloria no pudo responderle como Alberto lo quería y le mando una carta, una sola carta donde le decía que tuviera fe.
Capítulo IV
Alberto se convirtió en una persona gris, se torno amargado y escéptico; solo, callado, no hacía otra cosa mas que mirar por la ventana y ver a los feligreses que asistían a escuchar la misa. No tardo en enfermar y su estado de salud se volvió muy grave.......Gloria se enteró de ello y regreso, Alberto al verla sintió que las fuerzas renacían en él y que la vida volvía a recorrer sus venas. Desde que llego, Gloria le infundió ese valor que los débiles requieren, le dijo que tenía que tener valor, por él y por amor a ella, pero también le menciono que su vida ya estaba hecha y que no la podía ni quería cambiar; Alberto solo escuchaba sus palabras, las sentía lejanas y dolorosas. Gloria se quedo un tiempo con Alberto para apoyarlo y darle esa fuerza que él requería pero pasado un tiempo le dijo que tenía que irse y regresar con su familia pero esta vez, Alberto tomó las cosas de manera diferente; calmado, sereno y comenzó a vivir de nuevo.
Alberto comienzó a salir, visitaba parques, salía a acampar a bosques, regresó a la Escuela de Arte y comienzó a tomar en forma clases de Pintura. Esta actividad lo guió, realmente toma en serio el Arte de la Pintura y a través de ello, comienzó a expresar lo que realmente sentía.
Un día, se le ocurre una idea que le pareció magnífica, la estuvo meditando un buen tiempo y finalmente se decide hacerlo y pone manos a la obra. Su idea era muy significativa puesto que era pintar un cuadro de Gloria, tan como sus ojos a través de sus sentimientos se lo indicaban.
Capítulo V
Día tras día, Alberto se dedico a hacer los bosquejos; uno tras otro fueron desechados, como si ninguno de ellos alcanzara a satisfacerlo o a llenar sus necesidades requeridas.
Empleó mucho tiempo, año tras año siguió intentando hacer un dibujo digno de lo que él consideraba su obra máxima. Cierto día, Alberto pudo al fin encontrar el bosquejo que necesitaba, con el que quedo por fin satisfecho y comenzó a pintar. Una y otra vez, sus pinceles daban toque tras toque formando un cuadro de singular belleza y colorido, tenía una expresión fina y a la vez se podría decir que grotesca pero era lógico que fuese así porque sus sentimientos así lo eran. Siempre era lo mismo, la misma rutina; levantarse, desayunar y dirigirse al Estudio que siempre conservaba bajo llave y simplemente comenzaba a pintar, pintar y pintar; quizá se detenía un poco para ingerir cualquier cosa, seguía pintando y cuando el cansancio le ganaba, se iba a dormir. Al día siguiente se volvía a levantar y así sucesivamente, día tras día, mes tras mes, año tras año, Alberto seguía con esa idea fija en su mente.
Ya no le interesaba mirar a la gente pasar rumbo a la Iglesia; ahora el pensaba en un algo Supremo que no sabía como explicarlo, solo seguía pintando. Parecería que se encontraba en un estado Vegetativo en el cual, él quería realizarse.
Capítulo VI
Toda acción llega a su fin, todo tiempo tiene su término y la pintura de Alberto llegó a el, a su término. Tardó mucho tiempo, pero al fin estaba terminado. Era una obra suprema y a la vez sencilla; una obra altiva hecha con la mayor sencillez, una obra hermosa pero con un pequeño toque de odio y sentimiento personal. La pintura no había sido vista por nadie, solo él y nadie más. Dándole el último retoque se alejo unos pasos y la miró. ¡Que belleza, que forma más perfecta pensó! La observó unos momentos y saliendo del Estudio lo cerro con llave.
Desde ese momento Alberto volvió hacer el mismo que al principio; se sentaba a observar a la gente pasar para ir a la Iglesia; su mirada era melancólica pero serena, su espíritu era altivo y parecía por su actitud, un Rey, sentado, dirigiendo a sus súbditos.
La gente en ocasiones, tenía la oportunidad de verlo en contadas momentos que él se dejaba ver; muchos de ellos se preguntaban ¿quién era ese muchacho tan melancólico tras la ventana que los veía con frecuencia?, pero nadie sabía dar una respuesta a ello.
Capítulo VII
Cierto día que Alberto miraba por la ventana, vio que una Señora paso y se detuvo a observarlo.........era Gloria, la que en su juventud le había brindado tanto apoyo y confianza. Entro a la casa y comenzó a hablarle....
---¡Que diferente te encuentro! inquirió ella
---No, no he cambiado, sigo igual
---Me asustas, tu mirada es...no, no puedo explicártelo
---Gloría, ¿cómo te ha ido? ....Gloria no contesto, estaba demasiado perturbada y solo rezo por él
---Sabes, te tengo una sorpresa, dijo Alberto!
---En verdad, y....¿cuál es esta? pregunto Gloria con cierta intriga
---Un retrato, te he hecho un retrato pero no estoy seguro de poder enseñártelo...Ella solo se limito a sonreirle; salió de la casa y Alberto la miró a través de la ventana alejarse.
Capítulo VIII
A la semana siguiente a Gloria le llegó una paquete que contenía una llave y una carta que decía:
Gloria.-
Tu has sido un apoyo a mi existencia, sin ti seguramente yo no hubiese podido
ver el colorido de la vida, por eso, quiero que sea tuyo mi mayor tesoro, esta
llave abre el Estudio de la casa. Tu me enseñaste a tener fe pero nunca pude
ponerlo en práctica; lo que hay en ese Estudio es mi vida misma.
Alberto
Gloria se dirigió a casa de Alberto temiendo lo peor, la casa al parecer se encontraba vacía, ningún ser humano dentro de ella; se dirigió al Estudio y utilizando la llave lo abrió; al fondo se veía un caballete con un cuadro en el......Gloria camino hacía el cuadro lentamente pues un miedo comenzó a invadirla, llegó hasta el cuadro y con un movimiento brusco de su mano lo volteó.....
El cuadro en si era una maravilla, era el dibujo de un corazón, pero este parecía tener vida, ejecutaba los característicos movimientos de este órgano, dilatándose y contrayéndose; Gloria puso su mano sobre el y su cuerpo sintió el retumbe rítmico y su calor.........Gloria estaba maravillada, era como si la realidad estuviese encerrada en ese cuadro. Del corazón salía una pequeña rosa, su raíz estaba firmemente unida al tejido del órgano, podía verse su crecimiento de manera natural y sorprendente, la flor crecía hacía lo alto y en su base apegada a los latidos unas pequeñas letras que decían, ¡¡¡Quiero tener Fe!!!.
Epílogo
Glora salió del Estudio, nuevamente buscó por toda la casa en pos de Alberto, pero este no apareció, miró un momento por el vidrio de la sala y vio a la gente pasar rumbo a la Iglesia. Salió de la casa y hecho a andar lentamente, pensativa, se alejaba mientras que unos ojos llenos de melancolía seguían sus pasos.......................
Fin
Simplemente espero que les haya gustado
Sergio Alejandro
Seguire
¿En qué debemos seguir? En todo lo que hacemos, debemos seguir a pesar de que nos sea improductivo, inclusive, contrario a un beneficio? No lo se o por lo menos no lo sabría decir.....
Los negocios cierran si es que su productividad baja pues es incosteable mantener algo que nos cuesta más el que siga funcionando que lo que este produce..........¿y en los sentimientos, ocurrirá lo mismo? Seguramente en este rubro sea más difícil discernirlo..................
SEGUIRÉ
Seguiré siendo fiel a mis recuerdos
porque estos me darán la firmeza,
la firmeza que me es necesaria en los momentos
en los que me encuentro lleno de tristeza.
.......
Seguiré pensando en las personas
que para mi ya no siguen siendo ellas,
porque no las clasifico y las pongo en zonas
como se encuentran colocadas las estrellas.
.......
Seguiré queriendo como antaño
para que nadie de mi burlarse pueda,
y no cambiare de ideas cada año
para que mi alma continué siendo plena.
.......
Seguiré mirando distante aquella niña
aunque sepa que nada es igual a lo pasado,
seguiré mirándola distante aunque tiña
con sus recuerdos lo que dejo acabado.
Sergio Alejandro
Definitivamente no podemos manejarnos igual entre lo material y lo sentimental para ver si se siguen las cosas o no. En lo primero es sencillo, podemos definitivamente separarlo, en lo segundo, siempre hay hilación; algo del pasado puede ser muy presente en un momento determinado. Por ejemplo, este poema lo escribí en 1979 (hace 30 años) y se puede vivir con mucha actualidad.
¿Debemos de seguir?........seguir es entonces, el encontrar una razón verdadera para dar continuidad a algo; seguir es tener el valor de hacerlo; seguir es por un sacrificio consiente; seguir por no tener otra cosa a la cual aferrarse en la vida; seguir es por valentía a sufragar lo que se tenga que hacer para seguir adelante, seguir, seguir , seguir......................y acaso, el no hacerlo es no tener el valor, pues también el dejar o terminar algo es igual o más difícil que el seguir, verdaderamente en ocasiones se requiere un valor extremo.....
Seguir o dejar de hacer es en principio contrario pero finalmente es lo mismo, ambas cosas cuestan esfuerzo y ambas cosas son fáciles a su vez de hacer; saben, finalmente debemos darnos cuenta que todo depende de nosotros en ese aspecto; si esta bien o mal, es secundario, al final, nosotros vamos a cosechar el resultado de nuestras desiciones y muy seguramente a responder por ellas.
Para terminar quiero decirles que el "Libro de los Muertos" escrito por los sacerdotes egipcios, es un libro dedicado a la vida y lo que en ella se debe de hacer para el bien morir o el poder estar bien en la otra vida. Lo observan, en realidad no es contradictorio, es simplemente el entender como relacionarlos.
Mi invitación es que sigan y aprendan a detenerse, no es un consejo (nadie los pide) es un decirles que analicen y hagan algo. Buenas noches por el día de hoy.
Sergio Alejandro
miércoles, 21 de octubre de 2009
Cobardía
Uno de los grandes poetas clásicos mexicanos de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX fue Amado Nervo, quizá uno de los mejores escritores que han podido representar el amor, la melancolía y la tristeza y en esencia su vida misma en su obra. Hoy me refreiré a la Cobardía, la misma que puede tener varios significados, varias interpretaciones y sobre infinidad de representaciones en esta vida. Nervo la define en relación al amor, la define de manera poética y sencilla, de una forma que cualquiera de nosotros lo puede entender.......................
COBARDÍA
La Cobardía no solo se reflejara en el amor, sino también en nuestra vida cotidiana, podemos ser cobardes en el amor, en nuestras vidas, en nuestras esperanzas. Qué podría evitarlo, quizá la confianza en uno mismo, el apoyo de alguien, la fe en un ser supremo, la necesidad, la injusticia, el hablar de alguien a sus espaldas, el temor mismo?
La Cobardía como seres humanos nos empobrece y la lucha por vencerla a su vez nos enaltece y glorifica. Cerrar los ojos para dejarla pasar, enseña el lado más pobre de todo ser humano. No se tiene que ser un portento de músculos para luchar contra ella solo tener el carácter y la entereza para combatirla, para doblegarla.
Quizá, si de manera hipotética, no hubiese cerrado los ojos, sus poemas solo hablarían de amor, de belleza y alegría.
No cerremos los nuestros, atrevamonos a ver esos ojos azules y a decir lo que pensamos, detenganla y simplemente no la dejemos pasar.
Que tengan un buen día.
Sergio Alejandro
lunes, 12 de octubre de 2009
Gracias Tere
domingo, 11 de octubre de 2009
Las Cosas Pequeñas
Hace bastantes años, Guillermo Ochoa, el comunicador matutino de Televisa en los años 80´s, entrevisto a un militar poblano cuyo nombre lamentablemente no recuerdo; uno hubiese esperado que hablaran de cosas relacionadas con la actividad del militar, seguridad, etc, más sin embargo hablaron de Literatura y, en un momento de la entrevista, este Sr. leyó un poema pequeño (el cual nunca se me olvido), pequeño si, pero grande en su concepción; se titulaba
"Las Cosas Pequeñas"
Hay las cosas pequeñas
tan bonitas como bellas;
porque es lo mismo
en la inmensidad de la noche
el encender un cerillo
que la luminosidad de una estrella.
Y eso es una verdad tan cierta que sería casi imposible detractarla. Pensemos un poco en ello, por ejemplo, los detalles, esos detalles que son tan importantes y que por pequeños los dejamos pasar en nuestras vidas o minimizamos su importancia.
Un maestro que un día hablaba sobre el valor de la vida nos decía: ¿Por qué es tan fácil para nosotros matar a un mosquito que hacerlo con un elefante? ¿Qué acaso, ambos no tienen vida? ¿Solo es el tamaño de la misma lo que nos da el valor de hacerlo? No pudimos contestar.
Si supiéramos por ejemplo que ese mosquito, tienen todos los elementos que caracterizan a un ser vivo, Sistema Circulatorio, Digestivo, Visual, Táctil, Gustativo, Reproductorio, Enzimático, Linfático, Cerebral, etc,..........todos los órganos vitales como, corazón, tejidos, ácidos reproductivos, células somáticas, etc,; es y sigue siendo un ser vivo a pesar de su tamaño y que con un simple periodicazo o manazo cortamos esa existencia..........y además, nos es tan fácil hacerlo..............
El valor de la vida entonces esta en relación al tamaño de las cosas?, o simplemente no tiene ningún valor? La Vida es una sola, su esencia es inherente y solo se encuentra ahí.
En las relaciones humanos las cosas pequeñas no solo pueden, sino que engrandecen a las mismas....... ¿A quién no le gusta que se tengan detalles con uno?, creo que sería falso que alguno de nosotros dijésemos que no, pero cuáles serían los detalles pequeños entre nosotros; el decirlos es imposible, son tantos:
Recordar un cumpleaños
Decir que se ve bien la persona
Dar las gracias por algo
Llevar una medicina a un enfermo sin haberla pedido
Recordar a la persona por algo
Dedicar tiempo
Dar sorpresas (de preferencia agradables)
Hacer algo que sorprenda (de manera positiva)
Enseñar
Guardar un secreto
Etc, etc, etc,.....
Las cosas pequeñas son tan importantes que no se dimensionan por el tamaño sino por su valor intrínseco, ese valor que deja escapar un gracias casi sin percibirlo, ese valor que deja entrever una lágrima de agradecimiento, ese valor que hace que reconfortemos a alguien al mismo tiempo que lo hacemos con nosotros mismos, es valor que logra que perduremos en la mente de alguien y que con solo ese hecho, esas cosas pequeñas, se vuelven gigantes, inmensas en su verdadero valor.
Sergio Alejandro
sábado, 10 de octubre de 2009
Un Delfín muy Especial
Hola, aquí de nuevo:
¿Por qué no decir las cosas que pensamos?
Y estas palabras que verdad guardan en nuestra existencia. Cuantas veces nos quedamos callados y no decimos lo que sentimos por innumerables razones (miedo, respeto, apatía, etc), cuantas veces quizá eso que guardamos puede ser una palabra de aliento para alguien; las demás personas no son adivinos de nuestras ideas.
Tengo un amigo que una vez me hablo al radio una mañana y me dijo "Mi Sergio, solo te hablo para decirte que te quiero mucho, que deseo que estés bien y que Dios te bendiga porque te lo mereces; guarda un pedacito de tu tiempo para este, el más humilde de tus amigos para que vayamos un día de estos a comer", fue todo, fue la esencia de lo que dijo y no puedo negar la satisfacción y el orgullo que sentí por ese hecho; también pensé en el valor de hacerlo y que fue algo sencillo y hermoso...........
Debo de admitir que muchas veces he dejado de decir cosas a los demás por soberbia, por vanidad, por vergüenza, temor, el que dirán, etc.......pero me pregunto ¿Qué acaso debo de pensar en lo que dirán o pensaran los demás por lo que voy a decir u opinar? Tantas cosas que pudieron haberse arreglado, quizá también pude evitar el herir o simplemente causarle una satisfacción a alguien y solo por no decir lo que pensaba y ellos así, jamás lo sabrían.
Un decir, una acción, una palmada en el hombro pueden ser de los mejores alimentadores del alma y el espíritu.
Existe una persona, un Sr. cercano a los 60, que quizá por necesidad se dio a la tarea de andar vigilando la cuadra por donde vivo, todas las tardes y noches subido en su bicicleta pasa por la cuadra, hechando la luz y vigilando; los vecinos le damos una pequeña cooperación sin ninguna obligación de nuestra parte. Casi siempre lo escucho por las noches pues toca un silbato para indicar que esta pasando por ahí..........es una labor que nos da seguridad y confianza, es una labor importante y nunca le he agradecido su accionar y pensé " La próxima vez que lo vea, se lo voy a decir", de todas formas, él nunca lo va a saber, si yo no se lo digo.
Sergio Alejandro
jueves, 8 de octubre de 2009
Cerrar Círculos
Ya sabemos que cuando algo acaba, debe de finiquitarse correctamente o por lo menos lo mejor posible; no importa del tema del que se esta hablando, simplemente tiene que definirse ese finiquito.
Cuando en un trabajo se deja ir a alguien (cosa muy común en estos tiempos), hablan tanto el trabajador como el patrón, para ver finalmente cual va hacer la remuneración que le va a tocar y de que forma será esta. Así se cierra un círculo, cuando las dos partes lo definen.
Un divorcio es otro buen ejemplo de ello, quizá el más típico ejemplo que se puede ver, todo queda claro y en papelito, donde no hay vuelta de hoja, o sea, no hay para donde hacerse, pero queda claro y no necesariamente con el beneplácito de ambas partes.
Pero qué pasa cuando las cosas en realidad no se dejan claras, qué ocurre cuando no se da ese entendido; seguramente queda en ambas partes un punto muerto donde las ideas hacen gala de su imaginación pero lamentablemente sin poder concretar o aseverar nada, digamos que se esta en un estado límbico donde todo flota en el aire, etéreo, sin cuerpo y sin poder aferrarse a el porque no existe; entonces..............los círculos se tienen que cerrar, los términos se tienen que entender y la vida debe de continuar, continuar quizá con la tristeza, tristeza de una situación adversa, pero que a la vez, ese cierre de círculo, ese cierre de comunicación dará la pauta para que ambas partes partan de algo firme, a refrendar sus vidas para que, como el ave Fénix, resurjan de sus cenizas (sinsabores) de nuevo. Gracias por el día de hoy.