lunes, 7 de diciembre de 2009

Soberbia y Orgullo
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No pude decirlo
formando un lamento,
y sus finos oídos
nunca sintieron
la suave caricia
de mis pobres besos.
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¿Llorar? Vano es hacerlo,
su mirada tan fría
su voz sin silencio,
sus ojos tan grandes,
su tibio cuerpo,
el calor de mis brazos
ya no sintieron.
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Vana soberbia,
vano desvelo,
por tan grande orgullo
pierde todo un tiempo,
por esas palabras
que en sus labios no salieron:
¡Si, es verdad, perdona, lo siento.
.
Lágrimas ahora
caso no tiene hacerlo,
preferible es tener calma
y no falsos arrepentimientos,
porque el alma
vive en los recuerdos.
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Y ahora que te ves al espejo
con tan fría calma
y con tan grande duelo,
y que ves a Cronnos pasar en silencio,
por el aire limpio,
por la ventana del anhelo,
solo ahora comprendes
que el tiempo no es sueño.
.
Pero soy hombre y te comprendo,
por mi, perdonada estas,
más no por mi anhelo
pues es el el que sufre y
sin desvelo, me dice al oído:
"No la perdones, defiendeme
y a nuestro orgullo
defiendelo.
.
Fin
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Sergio Alejandro

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