sábado, 10 de octubre de 2009

¿Por qué no decir las cosas que pensamos?


En cierta ocasión cuando por cuestiones de trabajo tuve que regresar a un lugar donde había desarrollado observaciones de Ballenas, el pescador con el cual habíamos convivido en aquel tiempo (Ismael) me dijo: "Sergio, que gusto verlo, cuando se fueron quisimos contactarlo pero no nos fue posible, queríamos agradecerle por lo que ayudo a nuestro hijo y pues ahora que lo veo nuevamente lo hago, además, si no se lo digo, cómo lo sabría"
Y estas palabras que verdad guardan en nuestra existencia. Cuantas veces nos quedamos callados y no decimos lo que sentimos por innumerables razones (miedo, respeto, apatía, etc), cuantas veces quizá eso que guardamos puede ser una palabra de aliento para alguien; las demás personas no son adivinos de nuestras ideas.
Tengo un amigo que una vez me hablo al radio una mañana y me dijo "Mi Sergio, solo te hablo para decirte que te quiero mucho, que deseo que estés bien y que Dios te bendiga porque te lo mereces; guarda un pedacito de tu tiempo para este, el más humilde de tus amigos para que vayamos un día de estos a comer", fue todo, fue la esencia de lo que dijo y no puedo negar la satisfacción y el orgullo que sentí por ese hecho; también pensé en el valor de hacerlo y que fue algo sencillo y hermoso...........
Debo de admitir que muchas veces he dejado de decir cosas a los demás por soberbia, por vanidad, por vergüenza, temor, el que dirán, etc.......pero me pregunto ¿Qué acaso debo de pensar en lo que dirán o pensaran los demás por lo que voy a decir u opinar? Tantas cosas que pudieron haberse arreglado, quizá también pude evitar el herir o simplemente causarle una satisfacción a alguien y solo por no decir lo que pensaba y ellos así, jamás lo sabrían.
Un decir, una acción, una palmada en el hombro pueden ser de los mejores alimentadores del alma y el espíritu.
Existe una persona, un Sr. cercano a los 60, que quizá por necesidad se dio a la tarea de andar vigilando la cuadra por donde vivo, todas las tardes y noches subido en su bicicleta pasa por la cuadra, hechando la luz y vigilando; los vecinos le damos una pequeña cooperación sin ninguna obligación de nuestra parte. Casi siempre lo escucho por las noches pues toca un silbato para indicar que esta pasando por ahí..........es una labor que nos da seguridad y confianza, es una labor importante y nunca le he agradecido su accionar y pensé " La próxima vez que lo vea, se lo voy a decir", de todas formas, él nunca lo va a saber, si yo no se lo digo.

Sergio Alejandro

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