.

.

.

.

Sin Rostro

.

.

....................Anoche pensé en ti, no sé porque volviste a mi memoria si ya te había olvidado o quizá simplemente eso creía. Pensé en ti en imagen, como si te estuviera viendo, como si estuvieses presente. Pensé en ti en forma buena, sin rencores, sin raspamientos, pensé como si nuestra relación hubiese estado en sustentos de algodón.

.

....................Es curioso pues quedaba en silencio para poder escucharte, para mirar tus gestos, para tener cerca tus manos. Fue tan real que tus olores, aquellos que enardecían mis venas me rodeaban, tu sudor empapaba a mi mente; pensé en ti tan vivido que quise tocarte y tu penumbra huyo de mi intención.

.

....................Sentía aflijido tu corazón, quizá vacío, un poco inerte ante la vida que sonríe a veces un poco obligada por las circunstancias, esa aflicción era profunda pues la lograbas transmitir, se me incrustaba en la piel y de pronto, tuve que dejarte ir, tuve que obligarme a que no estuvieras en mi mente y de esa forma por la mañana, mi pensamiento se había convertido en un simple sueño y la luz del día no permitía sombras ni rostros; el ruido de las aves evitaba que te oyera y las flores sustituyeron tu olor, tu esencia, el día transformo tu penumbra en un simple recuerdo, en un simple viento que se aleja.

.

.

Fin

.

.

Sergio Alejandro

.

.

14 de Septiembre del 2011